Como anhelar ser el amor reflejado en los hechos de la humanidad, a veces quisiera amar y querer como el amar de un niño, como la hermosura del poema en manos del violinista.
Cuando te miras solo y te ves en un maquinal desierto creado por una ilusión óptica hecha por el sentimiento, y recuerdas frases como “en la vida siempre pierdes cosas: la juventud, la familia, los amigos, y los afectos” pero solo nos queda esta soledad, que lo es todo cuando no tienes nada.
Es aquí donde ves truncados tus sueños, en un yugo constante de día y noche, un dolor en el alma, una herida que no sabes si sanará, el pensar en que la muerte se acercara lentamente, libre, y triunfante a reclamar un alma, sin dueño, sueños y aspiraciones. Donde solo te aferras a una pequeña ilusión que puede ser incierta como el futuro de una mariposa acaba de salir de su capullo.
Te das cuenta que tu alimento diario es el dolor y la tristeza que le causas a las demás personas, que solo encuentras paz cuando los demás sufren, y te preguntas ¿qué clase de monstro eres? ¿En qué clase de ente maléfico te has convertido? …
Y es en ese momento donde valoras la piedad de Dios, tu vida, tus amigos, tus familiares, tus acciones, y sacrificios, te aferras tan fuerte a ellos, que cualquier muestra negativa de la vida hacia su destrucción, tambalearía la perfecta construcción de una urbe futurista de lo que es y será tu vida.
Buscas desesperadamente en lo más profundo de tu corazón, ese tesoro que tanto escondes de la muerte y encuentras un baúl lleno de esas personas que hicieron de tu vida algo placentero, que con sus acciones, no importa el tamaño crearon en ti una fuente de luz y esperanza aliviándote de el dolor que a diario podrías vivir si no existieran en tu vida, te das cuenta de que amas, odias, quieres, quisiste y olvidaste, precisamente eso es lo que te hace sentir vivo, pero la incertidumbre mata toda esperanza, porque no hay nada mas fatídico para el alma que la muerte de una ilusión que guardas celosamente para compartir con los tuyos y con los que Dios y la vida tenían predestinados para ti.
Porque en mi mundo solo está el valiente, están ustedes lo que más amo en este mundo, están en lo más profundo de mi ser, ya que en este mi mundo el amor es solo para el poeta, para el que siente, para el que me amo, me quiso o me odió, para los que existieron en mi vida y para lo que aun en esta existe, y es aquí cuando les pido, que me recuerden bonito, y olviden el mal que una vez cause….
James Cantillo.
Cuando te miras solo y te ves en un maquinal desierto creado por una ilusión óptica hecha por el sentimiento, y recuerdas frases como “en la vida siempre pierdes cosas: la juventud, la familia, los amigos, y los afectos” pero solo nos queda esta soledad, que lo es todo cuando no tienes nada.
Es aquí donde ves truncados tus sueños, en un yugo constante de día y noche, un dolor en el alma, una herida que no sabes si sanará, el pensar en que la muerte se acercara lentamente, libre, y triunfante a reclamar un alma, sin dueño, sueños y aspiraciones. Donde solo te aferras a una pequeña ilusión que puede ser incierta como el futuro de una mariposa acaba de salir de su capullo.
Te das cuenta que tu alimento diario es el dolor y la tristeza que le causas a las demás personas, que solo encuentras paz cuando los demás sufren, y te preguntas ¿qué clase de monstro eres? ¿En qué clase de ente maléfico te has convertido? …
Y es en ese momento donde valoras la piedad de Dios, tu vida, tus amigos, tus familiares, tus acciones, y sacrificios, te aferras tan fuerte a ellos, que cualquier muestra negativa de la vida hacia su destrucción, tambalearía la perfecta construcción de una urbe futurista de lo que es y será tu vida.
Buscas desesperadamente en lo más profundo de tu corazón, ese tesoro que tanto escondes de la muerte y encuentras un baúl lleno de esas personas que hicieron de tu vida algo placentero, que con sus acciones, no importa el tamaño crearon en ti una fuente de luz y esperanza aliviándote de el dolor que a diario podrías vivir si no existieran en tu vida, te das cuenta de que amas, odias, quieres, quisiste y olvidaste, precisamente eso es lo que te hace sentir vivo, pero la incertidumbre mata toda esperanza, porque no hay nada mas fatídico para el alma que la muerte de una ilusión que guardas celosamente para compartir con los tuyos y con los que Dios y la vida tenían predestinados para ti.
Porque en mi mundo solo está el valiente, están ustedes lo que más amo en este mundo, están en lo más profundo de mi ser, ya que en este mi mundo el amor es solo para el poeta, para el que siente, para el que me amo, me quiso o me odió, para los que existieron en mi vida y para lo que aun en esta existe, y es aquí cuando les pido, que me recuerden bonito, y olviden el mal que una vez cause….
James Cantillo.
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