Dark Music

miércoles, 18 de agosto de 2010

Y entonces, renació Odín...


En la colina solo reinaba zozobra y oscuridad, los días pasaban en calma, el alma perdida de la joven Débora Jezebel penaba día tras día por un amor, por la soledad que solo en este valle habitaba, allí solo moraban los despojos de un espíritu producto de la maldad, y la malicia de una guerra afilie entre dioses y también un mar de recuerdos que solo traían con si lagrimas, dolores, penas, y desamor que una vez causo Thor. Al pasar los milenios las antorchas cada noche eran encendida por los nativos, decía la leyenda, que al prender las antorchar la ira de la diosa Débora disminuía, a esto se le atribuía que al encender un cirio, una nueva ilusión empezaba a brillar en la eterna e inerte existencia de esta diosa que siempre vivía en lo que se podría apreciar como un equilibrio entre el celestial y el infernal, todo esto nos transporta a una nueva era, donde el ser viviente era esclavizado físicamente, su mente era dogmatizada hasta tal punto que cualquier indicio de evolución o sabiduría era desvanecido con la trágica muerte, dejando un legado en las venas del Yggdrasil de la sangre de sus valiosos seres, donde los dioses miran inmóviles ante tan sacrílegos actos , creados por la codicia del ser… La Maldad.

Las legiones de Odín se enfrentaban en una fiera batalla con los hijos de Loki, solo desolación, llantos, gritos y olor a muerte estremecían y colmaban la imponente Asgard y a su vez la estabilidad de Mitgard, muy pronto parecía desmejorar. La historia de esta deshonra Saga temía trazar, pero todo en ese momento templo, y fue allí cuando del silencio del castillo Valhala tembló, y los guerreros que yacían en muerte, despertaban para defender eternamente tú hogar, mi hogar y su hogar por siempre y para siempre nuestro valioso Yggdrasil.

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